viernes, 24 de febrero de 2012

Al mal tiempo, buen café


Corrientes y Agüero. Miles de personas deambulan, pasean y caminan en distintas direcciones mientras alguien busca el estimulante sabor del día.
Al fin, 19:15. Una taza media de café con leche se hace presente e intenta endulzar el atardecer. En esta ocasión sólo o mejor dicho “acompañado por nadie” como diría Ciro Pertusi.
Sólo desde el lugar de la inacción; y alrededor la gran ciudad donde todos reflejan la mirada en la tv ya que sobran los motivos. Se empeñan los pocos billetes para que el azúcar actúe como energizante, revitalizador de un cuerpo cansado de batallar internamente. “Acompañado por nadie” en el camino que cada vez se hace más duro para cultivar.
El cuerpo de Lucas fue encontrado. Yo sigo buscando el mío.
Ausente, entre la moza, la pareja antiage de mi derecha y las tres generaciones que decoran el lado izquierdo. Dos metros nos separan del mundo donde se oyen voces, bocinas, motores y hasta donde puedo advertir algún envolvente celular. Esta mesa, sus servilletas de papel, el diario, el minivaso de agua y la cafeína ya extinguida son mi reparo después de verme apagado en las últimas dos cuadras.
¿Llorar?, el orgullo tanguero de este barrio no me lo permite. ¿Claudicar?.. a veces como ahora, siento acercarme a ello. Hasta hace un rato estuve cerca, antes de que llegara la salvadora infusión para tener nuevos segundos de vida.
El tiempo corrió pero al lado mío siguen los mismos personajes aún con vida. En el televisor el tema es inacabable. Creo que es momento de saltar al mundo, ese del que solo me separa una puerta de vidrio. Es hora de volver con la derrota a cuestas como grano tostado y molido…bien muerto.
Es hora de la resurrección, de labrar la tierra y reubicar las semillas. En unas horas el día ya no será. Será mañana una nueva oportunidad para reactivar el sistema nervioso central, el corazón, las venas, las arterias. Una nueva ocasión para un nuevo café.

viernes, 17 de febrero de 2012

Viejo


Hoy lo tuve presente en todo momento. Mientras trabajaba, su mano alentaba a la mía en la distancia. Sus pequeños ojos vislumbraban mi crecimiento, a veces ajeno al paso del tiempo. Y su sonrisa delgada dejaba mostrar su felicidad al buscar abrazarme.
Lo pensé todo el día como aquél que se enamora por primera vez. Sentí que el pensamiento era deuda, lo que provocó una humedad en mis ojos, el posible nacimiento de una lágrima… pero estaba trabajando, cumpliendo obligaciones que precisamente no son del corazón. Quise escapar un poco para sobrepasar el momento. Busqué otra vista para callar la culpa aunque sea un instante. Era inevitable. Luego, sus actos, su dedicación, su admiración, tuvieron vida en mis palabras. La sangre hacía eco en el lazo y pensé, ¿hace cuánto no lo abrazo?...
Por la tarde, escuchando declaraciones en la t.v, lo vi rendido al árbol de su militancia (utópica hoy para él). Sin dudas que estaba por allí cerca, pero como otras veces no lo podía escuchar.
Cuando la noche ya era sólida, regresé a mi hogar, ese que con tanto amor, sacrificio y esfuerzo,  supo darme.  El sonido del teléfono irrumpe, resuena en el resultado de su esmero. Busco su voz, la reconozco. Está allí, del otro lado, un tanto lejano y a la vez tan cercano. Logro escucharlo… es su voz, esa que desde temprano buscaba llamar mi atención, es su voz…es mi viejo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Hoy no te lloro


Es difícil hablar desde la esperanza, desde el bello recuerdo cuando de ausencia se trata. Y es difícil digerir el mal trago cuando crees que una obra honesta pierde a su mentor. Pero…
En Buenos Aires las nubes presagian una nueva tormenta, parece que va a renovarse el aire…pero no. El aire se vuelve un tanto turbio. El eter informa que se fue un grande, y deja a los terráqueos un tanto huérfanos.
Hace unas horas el flaco dejó este mundo, y lo primero que se me vino a la cabeza al enterarme es cómo los que quedamos acá, tomamos estas distancias. Lejos del televisor, la mediatización del caso y los posteos en Twitter, también existen otras líneas que ocupan un lugar hasta ser caracteres. Y me inmovilizo en las primeras sensaciones que pueden provocar este tipo de noticias. Hoy me bastó con ver algunas expresiones de un lugar común como lo puede ser una casa de familia. Hoy el flaco despertó ojos de sal en corrientes de agua, de gente que lo admiró por su arte. Así de rápida fue la reacción, así de simple como es llorar la ausencia de un familiar, de un ser cercano, de un ser querido. Esa reacción que tiene la llegada del artista que envolvió al humano y que se encuentra entre los que llegaron a provocar y a estremecer al público.
El flaco se fue… y releyéndolo… este tipo siempre estuvo un paso más allá. Mas allá de un mundo cada vez mas “freezado”. Por eso creo que un alma tan sensible como la de ese flaco estuvo buscando durante días un lugar más seguro en donde poder desatar esos cordones que te llevan a lo que los humanos ansiamos pero tanto tememos: La Libertad. Una libertad que seguramente habrá rozado con los últimos revoloteos que el aire le permitió dar.
Flaco, hoy perdoname pero la verdad hoy no te lloro, sí me duele tu ausencia, la ida de tu grandeza, de tu humildad y tu "no creación" eterna pero hoy flaco… hoy no te lloro. Hoy despegaste de esta cárcel llamada mundo y seguro…seguro llevás tu arte y tu conquista elevadora hacia el infinito.